8 tipos de personajes que debes incluir en tu novela
¿Por qué algunos personajes nos impactan más que otros? ¿Por qué recordamos a personajes como Romeo y Julieta, Peter Pan o incluso Sherlock Holmes años después de leer la novela?
Es importante saber que cuando se trata de novelas, y más concretamente de novelas de ficción, los personajes retratados deben ser creíbles, con defectos que los hagan simplemente humanos. Entonces, ¿cómo hacer aparecer a estos tipos de personajes?
Para empezar, es necesario comprender los tipos básicos de personajes que existen en una historia y los papeles que deben desempeñar. En este artículo te presentamos 8 tipos de personajes para incluir en tu historia.
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Tipos de personajes en una novela
1. Protagonista
El personaje principal o héroe es, por supuesto, el actor principal. Él o ella es el centro de atención, la persona en la que quieres que los lectores inviertan y se preocupen.
Él o ella es el centro de atención.
Él o ella impulsa la trama, persigue el objetivo, cambia y crece a medida que su historia avanza.
Necesita tener :
- debilidades humanas redimibles
- cualidades potencialmente heroicas que surgen en el clímax de la historia
- un arco de carácter (convertirse en una persona diferente, mejor y más fuerte al final).
- Resista la tentación de crear un personaje principal perfecto.
La perfección es aburrida. (Incluso Indiana Jones tenía miedo de las serpientes).
Si no hay protagonista, no hay historia, así que desarrolla ese personaje primero.
Prepare el escenario desde el principio, preséntele por su nombre y empiece a añadir inmediatamente detalles personales que den a los lectores motivos para preocuparse por lo que le ocurre.
Ejemplos de protagonistas:
- Elizabeth Jordan en el Cuarto de guerra de Alex Kendrick
- John Harrison en Vencedores de Alex Kendrick
- Romeo y Julieta en Romeo y Julieta de Shakespeare.
- Elizabeth Bennet en Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.
2. El antagonista
Este es el villano, el personaje que se opone a tu protagonista y lo debilita.
Cuanto más formidable sea tu antagonista, más convincente será tu héroe.
El antagonista debe :
- tener una historia realista y simpática
- mostrar el poder
- obligar al protagonista a tomar decisiones difíciles
- hacer crecer al protagonista
Atención: Ten cuidado de no hacer que el villano sea malvado sólo por ser el villano.
Haz que sea un enemigo digno dándole motivos realistas y creíbles.
Los villanos más convincentes han pasado por duras y terribles pruebas.
No se ven a sí mismos como malvados. Consideran que tienen una razón de ser.
Ejemplos de antagonistas:
- El Sr. Darcy en Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.
- El profesor James Moriarty en muchas de las novelas de Arthur Conan Doyle sobre Sherlock Holmes.
3. El ayudante
Es el personaje secundario en relación con el protagonista. Sin embargo, no todos los compinches apoyan al protagonista.
Algunos cambian de uno a otro, reteniéndolo. Otros resultan ser el villano.
Pero la mayoría de las veces, el compañero es un amigo que apoya al protagonista, le da consejos y añade profundidad a la historia.
Ejemplos de ayudantes:
- La directora Olivia Brooks en Overcomer de Alex Kendrick
- El Dr. John Watson en la novela Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle.
4. El personaje orbital
Tercero en importancia tras el protagonista y el ayudante, este personaje suele ser un instigador, causando problemas al protagonista y dándole muchas oportunidades para brillar.
A veces también resulta ser el antagonista.
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5. El interés amoroso
El objeto del afecto más profundo de tu protagonista suele servir de recompensa, pero también puede ser un obstáculo para la consecución de su objetivo.
Si se hace bien, el interés amoroso revela los puntos fuertes y débiles del personaje principal.
¡Pero ten cuidado!
Al igual que ocurre con el personaje principal, un interés amoroso demasiado perfecto resultará poco convincente y parecerá poco realista.
Ejemplos de intereses amorosos:
- Peeta en Los Juegos del Hambre de Suzanne Collins
- El Sr. Darcy en Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.
6. El confidente
El personaje en el que más confía el protagonista suele ser un mejor amigo, un interés amoroso o un mentor. Pero a veces puede ser un personaje improbable.
El confidente es una herramienta esencial a través de la cual se revelan los pensamientos y sentimientos de tu protagonista.
Ejemplos de confidentes:
- Horacio en la obra de Shakespeare Hamlet.
- Cinna en la novela Los Juegos del Hambre de Suzanne Collins.
7. Extras
Es probable que necesite caracteres adicionales para fines específicos y limitados.
Son personajes de fondo que van y vienen, pero que a menudo dan sentido a la historia.
Por lo tanto, tenga cuidado de no convertirlos en clichés.
Son las personas con las que se encuentra tu personaje principal, como el reparador, un empleado, un cajero, un camarero o alguien con quien se sienta al lado en un autobús.
8. El contraste
Al igual que el villano, se trata de un opuesto al protagonista, destacando sus puntos fuertes.
Pero el papel de aluminio no suele ser el antagonista. En cambio, él o ella exhibe aspectos de tu protagonista que quieres enfatizar, mientras que el antagonista es su enemigo.
Ejemplos de contraste:
- John Harrison y Thomas Hill en Vencedores de Alex Kendrick
- Effie Trinket yKatniss Everdeen en Los Juegos del Hambre de Suzanne Collins.
- El Dr. John Watson y Sherlock Holmes en la serie Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle.
En conclusión
Recuerda que sólo puedes utilizar uno o dos tipos de caracteres de esta lista.
La próxima vez que veas una serie de Netflix o leas una novela, intenta identificar los diferentes tipos de personajes de la historia.
El protagonista debería ser fácil, pero algunos de los otros pueden ser un reto divertido.
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2 commentaires
Lilly
Podrias incluir la aclaración de que El antagonista no tiene porque ser El villano. En El caso del Sr. Darcy ciertamente a los ojos de Elizabeth es El antagonista buena parte de la novela y si no sabes la historia uno lo cree pero al final termina siendo El interés amoroso. No es ciertamente “El malo” de la historia.
Dennys Acosta Ortiz
Gracias por el artículo: ¡bueno breve y sustancioso!